Cuidados con la piel de tu bebé durante el verano e invierno



La piel del bebé durante el invierno

Durante el invierno, la piel del bebé debe estar protegida de todas las agresiones que pueda provocar el frío. Los dermatólogos coinciden en que debemos evitar dar baños muy calientes a los más pequeños durante los días más fríos del invierno, para evitar que la piel se quede reseca, áspera o agrietada. El agua debe tener una temperatura de 30 a 32 grados centígrados, y el baño no debe durar más de 15 minutos. En las épocas de más frío debemos evitar el uso de jabones y esponjas porque pueden retirar la capa de grasa que existe en la superficie de la piel y que evita la pérdida de agua. Los jabones de glicerina son los más indicados para los bebés.

Hay que tener cuidado también con los perfumes o colonias que contienen los productos destinados a los bebés. Las cremas y lociones hidratantes son imprescindibles para después del baño. Aunque haga mucho frío, también debemos evitar abrigar con un exceso de ropa a los bebés. Los bebés muy abrigados pueden presentar pequeñas bolitas o granos enrojecidos principalmente en el cuello, el tronco y las piernas, que pueden provocar que el bebé se rasque y se inflame la zona. Cuando el bebé es muy pequeño, se debe evitar el contacto directo de su piel con ropas hechas con fibras sintéticas y lanas. Es recomendable que se use ropa y toallas de algodón para evitar, entre otras molestias, una dermatitis atópica.

Cuidados con la piel durante el verano

Durante el verano, cuando los padres están más tiempo con sus hijos al aire libre, es necesario proteger la piel de los pequeños principalmente contra los rayos del sol. Es fundamental usar una crema que tenga un filtro solar adecuado para la edad del bebé. Además, cuando el bebé esté bajo el sol, jamás se debe olvidar de ponerle un sombrero o llevar una sombrilla en la sillita o carrito. La piel de los bebés también se puede ver afectada por las picaduras de insectos como mosquitos, abejas y otros voladores. En estos casos, es mejor prevenir que curar. En las farmacias se pueden encontrar repelentes y pulseras que alejan a los insectos de los bebés y de los niños pequeños.

Vía: guiainfantil.com